Como mentor y asesor de pequeños negocios, he estado explorando cómo la inteligencia artificial (IA) puede apoyar a los emprendedores. Personalmente, he estado usando internamente para agilizar el trabajo, acelerar los borradores iniciales y respaldar la toma de decisiones y los resultados son increíbles. Las herramientas siguen mejorando a una velocidad asombrosa, pero el desafío principal para muchos propietarios de negocios no ha cambiado: no hay suficiente tiempo ni dinero para ejecutar otra actividad.
La pregunta que escucho con más frecuencia es simple: ¿Pueden las pequeñas empresas usar la IA para mejorar sus negocios? La respuesta es sí, pero solo si se hace con inteligencia. La IA puede ayudar a los equipos pequeños a ahorrar tiempo, mejorar la consistencia y ganar influencia. Pero requiere intención, un punto de partida claro y la disposición a aprender.
La IA puede ahorrar tiempo, pero primero tendrás que crear el tiempo
Dirigir un pequeño negocio no deja mucho tiempo extra. La mayoría de los propietarios tienen múltiples responsabilidades, gestionando operaciones, ventas, contratación y servicio al cliente, a menudo todo a la vez. Así que la idea de aprender una nueva tecnología, especialmente una tan promocionada como la IA, puede parecer poco realista o una distracción.
Pero hay una recompensa a considerar. Una encuesta de 2024 encontró que el 75% de los empleados de pequeños negocios dijeron que la IA les ayudó a trabajar de manera más eficiente, y más de la mitad dijo que condujo a ahorros de costos medibles. El desafío es encontrar el tiempo para invertirlo y lograr esos beneficios más tarde.
Por eso a menudo recomiendo empezar poco a poco. Identifica una tarea repetitiva o que consuma mucho tiempo —como escribir correos electrónicos, clasificar datos o resumir notas internas— y explora si la IA puede ayudar solo con eso. Una o dos horas dedicadas a probar una herramienta podrían ahorrarte varias horas cada semana en el futuro.
La IA puede llenar lagunas de conocimiento, pero aún necesita tu aporte
Uno de los aspectos más poderosos de la IA es que ayuda a los equipos pequeños a comenzar en áreas donde quizás no tengan experiencia interna. No necesitas ser un experto en marketing, analista o escritor para generar un borrador sólido de una propuesta, una campaña o un mensaje al cliente. La IA puede ayudarte a moverte más rápido, con menos recursos.
Pero no reemplaza tu conocimiento del negocio. En mi experiencia, la IA puede llevar una tarea entre el 80% y el 90%, pero el último 10% sigue siendo importante. Ya sea el tono, el contexto, la precisión o la alineación con tus objetivos, el resultado final generalmente necesita tu juicio.
Ahí es donde entra en juego cómo hablar con la plataforma de IA “prompting”: hacerle a la herramienta las preguntas correctas, darle el contexto adecuado y saber cuándo hacer ajustes. No se trata de ser técnico. Se trata de ser claro en lo que se desea y para lo que se quiere.
Los pequeños negocios que tratan la IA como una herramienta de apoyo —no como un tomador de decisiones— son los que más la aprovechan. Por ende, IA está ahí para acelerar tu trabajo, no para reemplazarlo.
El tiempo y el dinero son limitados, así que sé intencional
Uno de los mayores obstáculos que veo en los pequeños negocios es que tanto el tiempo como el dinero son limitados. Los emprendedores están haciendo malabarismos con las necesidades inmediatas —ventas, servicio al cliente, personal— mientras intentas planificar el futuro. Así que cuando surge algo como la IA, es fácil sentir que está fuera de tu alcance o que simplemente no es urgente.
Por eso es importante abordar la IA con prioridades claras. Empieza preguntando: ¿Dónde estamos dedicando demasiado tiempo para obtener muy poco rendimiento? Eso podría ser responder manualmente las mismas preguntas de los clientes, escribir correos electrónicos similares u organizar datos que nunca se utilizan del todo.
Una vez que hayas identificado algunos de estas oportunidades, el siguiente paso no es implementar la solución de IA perfecta, es ejecutar una prueba pequeña y enfocada. Por ejemplo, prueba una herramienta en una tarea durante unas pocas semanas. Luego detente y pregunta: ¿Nos ahorró tiempo? ¿Nos ayudó a trabajar mejor? ¿Valió la pena el costo, aunque fuera pequeño?
No necesitas un gran presupuesto para empezar, pero sí necesitas que el esfuerzo valga la pena. Cuando el tiempo y el dinero son escasos, el objetivo no es hacer más, es gastar mejor. Los pequeños negocios más exitosos con los que he trabajado no persiguen todas las tendencias. Buscan los pocos cambios que liberan a sus equipos para que se concentren en lo más importante.
Asigna responsabilidades, aunque sea un papel pequeño.
Para que la IA gane terreno en cualquier negocio, alguien debe asumir la responsabilidad. Esto no significa necesariamente contratar a un especialista. A menudo, basta con dar espacio a un miembro del equipo curioso para que explore y comparta lo que aprende.
Si eso no es factible internamente, puedes buscar apoyo externo —un profesional independiente, un colega o un asesor— para ayudarte a empezar. Incluso unas pocas horas de aportación pueden guiarte hacia los casos de uso correctos y ayudarte a evitar errores comunes.
Lo importante es que la IA no sea tratada como una idea de último momento. Además, no se puede posponer. Cuando es una prioridad clara, incluso a pequeña escala, tiende a mantenerse.
Actúa ahora, empieza poco a poco, aprende rápido y mantente enfocado
La IA no es una solución mágica, pero tampoco es solo una tendencia. Se está convirtiendo en una herramienta práctica para los pequeños negocios que están dispuestos a abordarla con enfoque.
Si no estás seguro por dónde empezar, te sugiero los siguientes pasos:
- Identifica una tarea que te quite tiempo cada semana.
- Explora una forma de automatizarla o acelerarla.
- Pruébala durante dos semanas.
- Si funciona, sigue adelante. Si no, prueba otra cosa.
No necesitas “adoptar la IA” como estrategia. Solo necesitas usarla donde te ayude. En mi experiencia, las mayores victorias no provienen de hacer más, sino de hacer lo que importa, mejor, más rápido y con más confianza.
